viernes, 1 de febrero de 2008

segunda guerra

http://www.historiasiglo20.org/IIGM/index.htm

INTRODUCCION

La agresiva política expansionista de la Alemania nazi, dirigida a la revisión radical de la situación creada tras la Conferencia de París de 1919, contó con el apoyo de potencias totalitarias y expansionistas como Japón e Italia. La rápida derrota francesa dejó al Reino Unido sólo ante Hitler durante un corto período de tiempo. La entrada de la URSS y de los EE.UU. junto a los Aliados en 1941 desequilibró de forma definitiva la guerra a su favor. Una alianza "contra natura" de las grandes potencias democráticas y capitalistas y de la dictadura soviética puso fin a los afanes imperialistas de los sistemas fascistas y totalitarios.


1.- La guerra europea 1939-1941

La conquista de Polonia La derrota de Francia La batalla de Inglaterra La España de Franco y el Eje
La conquista de Polonia
El ataque alemán a Polonia el 1 de septiembre de 1939 precipitó la entrada en guerra de Gran Bretaña y Francia el 3 de septiembre. En cumplimiento de lo acordado en el protocolo secreto del Pacto de no agresión germano-soviético, el Ejército Rojo entró en la zona oriental de Polonia. El día 28 un nuevo pacto germano-soviético reconoció la anexión de Lituania, Letonia y Estonia a la zona de influencia soviética. Las tropas rusas ocuparon esos territorios en las semanas siguientes.
Tras una rápida y brutal conquista, los ocupantes nazis establecieron un "Gobierno General de Polonia" que inició una dura política represiva contra la población polaca y, especialmente, contra la amplia población judía.
La guerra fino-soviética
Ante la negativa del gobierno de Helsinki a ceder al gobierno soviético diversas bases, el Ejército Rojo atacó el 30 de noviembre. Esta agresión supuso la expulsión de la Sociedad de Naciones de la Unión Soviética. Pese a la encarnizada resistencia finlandesa, la guerra concluyó con la Paz de Moscú firmada el 12 de marzo de 1940. Finlandia cedió diversos territorios a la URSS.
La anexión de Dinamarca y Noruega
Con la doble finalidad de asegurarse el abastecimiento de hierro sueco y controlar la fachada oriental del Mar del Norte, Alemania ocupó sin resistencia la pequeña Dinamarca y Noruega, tras derrotar a las fuerzas expedicionarias británicas allí enviadas. En Oslo se estableció un gobierno dirigido por el fascista noruego Quisling, quien pronto se convirtió en el prototipo de colaboracionista. En junio de 1940, ambos países quedaron plenamente bajo control alemán.
La "drôle de guerre" o "phoney war"
¿Qué ocurría mientras tanto en el frente occidental? ¿A qué se refieren los franceses cuando hablan de "guerra de broma" o los ingleses cuando se refieren a la "guerra de mentira"?
Pese a haberse declarado la guerra entre Alemania y Francia y el Reino Unido a principios de septiembre de 1939, los frentes permanecieron casi inactivos durante varios meses.

La derrota de Francia
El 10 de mayo de 1940 empezó lo que los analistas militares han denominado "guerra relámpago". Las divisiones acorazadas alemanas apoyadas por la aviación se lanzaron a la conquista de Holanda y Bélgica, que capitularon a los pocos días.
La "batalla de Francia" iniciada el 5 de mayo supuso la fulgurante victoria de las tropas alemanas. El mundo asistió estupefacto al rápido derrumbe del ejército francés. el 22 de junio se firmó el armisticio en Compiègne. Hitler asistió personalmente a una ceremonia que tuvo lugar en el vagón donde se firmó el armisticio en noviembre de 1918. El Führer culminaba su venganza por la derrota alemana en la Gran Guerra.
Francia quedó dividida en dos por una línea que unía Ginebra en Suiza con la frontera franco-española de Hendaya. La zona al norte y al oeste de este línea quedó bajo la ocupación militar francesa. Al sur se estableció un gobierno colaboracionista presidido por el general Pétain. La Francia de Vichy, así llamada por que el gobierno se asentó en esa pequeña ciudad del centro del país, rompió relaciones con Gran Bretaña, desarmó su ejército e inició una política pro-nazi y totalitaria.
Sin embargo, no todos los franceses aceptaron la derrota. El general De Gaulle desde Londres organizó el movimiento de la Francia Libre que desde las colonias francesas y en el interior mediante la guerra de guerrillas protagonizada por el "maquis" plantó cara a la potencia ocupante.
Italia entra en guerra
Tras múltiples dudas y pese a carecer de un ejército conveniente preparado, Mussolini entró en guerra el 10 de junio de 1940. Italia esperó a que Alemania hubiera derrotado prácticamente a Francia para entrar en el conflicto.

La Batalla de Inglaterra
Tras la derrota de Francia, el Reino Unido era la única potencia que aún plantaba cara a Alemania. La superioridad naval británica impedía a Hitler un ataque directo a la isla por lo que la aviación alemana, la "Luftwaffe", inició un plan de bombardeo sistemático de las instalaciones industriales y las ciudades del sur y el centro de Inglaterra. Las autoridades germanas confiaban en llevar por este medio a Inglaterra a la capitulación o, al menos, a acomodarse a la nueva Europa dirigida desde Berlín.
Sin embargo, el nuevo gobierno británico, presidido por Winston Churchill desde mayo de 1940, supo hacer frente al ataque, y la aviación británica, la "Royal Air Force" se impuso poco a poco en los cielos europeos. La resistencia británica hizo que Hitler volviera sus ojos hacia el sur de Europa.
La España de Franco y la guerra mundial
Hitler, reforzado por la firma el 27 septiembre de 1940 del Pacto Tripartito con Italia y Japón, se entrevistó el 23 de octubre con Franco. La entrevista de Hendaya entre ambos dictadores concluyó en un fracaso. Franco, pese a sus simpatías por el Eje y desoyendo los consejos de su ministro de asuntos exteriores y cuñado, Serrano Súñer, finalmente no involucró a España en la guerra mundial.
Las iniciativas militares de Mussolini llevaron muy pronto la guerra a dos nuevos escenarios.
La guerra en el Norte de África
En septiembre de 1940, los ejércitos italianos desde su colonia de Libia atacaron al Egipto británico. La contraofensiva inglesa lleva a la conquista de Bengasi y Tobruk por parte de los ingleses.
La impotencia italiana llevó a Alemania a enviar un ejército expedicionario, el "Afrika Korps", dirigido por el general Rommel. Las tropas germano-italianas consiguieron frenar el avance británico en 1941.
La guerra en los Balcanes
Italia inicia desde Albania un ataque sobre Grecia en octubre de 1940. El fracaso de las tropas fascistas es completo. Las tropas griegas hacen retroceder al ejército italiano y conquistan parte de Albania. Mientras tanto, para apoyar al gobierno de Atenas, tropas británicas desembarcan en Grecia.
De nuevo los reveses de las tropas italianas provocaron la intervención alemana. La presión alemana lleva a que Hungría, Rumanía, Eslovaquia y Bulgaria se adhieran al Pacto Tripartito. Un golpe de estado anti-alemán en Belgrado precipitó el ataque germano sobre Yugoslavia en abril de 1941. El avance germano-italiano fue enormemente rápido: en junio de 1941 las tropas del Eje controlaban Yugoslavia, Grecia, incluyendo la isla de Creta.
Hitler dominaba en aquel momento gran parte de Europa. Era el momento de aplicar las ideas que ya había proclamado en su libro "Mein Kampf": era el momento de conseguir el "espacio vital" que el pueblo alemán necesitaba. Ese espacio estaba en este, en los enorme territorios de la Unión Soviética.


2.- La guerra mundial 1941-1943
La invasión de la U.R.S.S. La guerra del Pacífico La guerra en el norte de África

La invasión de la Unión Soviética
Mientras Alemania planeaba su ataque contra la URSS, las relaciones entre ambas dictaduras eran teóricamente buenas. El pacto de no agresión firmado en agosto de 1939 seguía en vigor. Stalin, pese a ser consciente del peligro inminente, se negaba a creer los informes que le llegaban sobre los planes alemanes.
No obstante, en abril de 1941 la URSS y Japón firmaron un pacto de neutralidad que mantuvieron hasta prácticamente el final de la guerra. Este pacto permitió a ambos países centrarse en la lucha contra sus directos enemigos con los que estaban a punto de romper hostilidades: Alemania en el caso soviético, EE.UU. en el caso japonés.
El 21 de junio de 1941, sin declaración previa de guerra, el ejército alemán inició la invasión de la Unión Soviética. La denominada "Operación Barbarroja" fue en sus primeros momentos un rotundo éxito. El Ejército Rojo, diezmado por las purgas de Stalin en los años precedentes, se mostró incapaz de resistir el ataque alemán y se batió en retirada.
Por el norte las tropas llegaron hasta Leningrado, la actual San Petersburgo. Por el centro hasta las puertas de Moscú. Sin embargo, ninguna de las dos ciudades cayó. A la heroica resistencia de la población rusa se le unió su tradicional aliado: el "General Invierno". El invierno ruso de 1941-1942 fue uno de los más duros del siglo XX y las tropas alemanes no habían sido bien equipadas para sobreponerse a él. Pese a todo, el avance alemán fue más profundo en el sur y Ucrania fue rápidamente conquistada.
En la primavera de 1942, un debilitado ejército alemán siguió sus operaciones centradas en alcanzar el Cáucaso y acceder a sus yacimientos de petróleo que tan desesperadamente necesitaba su ejército.
Las tropas alemanas llegaron a Stalingrado en agosto. Tras durísimos combates las tropas de Von Paulus vieron como el ejército soviético, dirigido por Zhukov, iniciaba una maniobra de cerco. Hitler se negó a permitir la retirada que Von Paulus de forma insistente le solicitaba. En diciembre de 1942 el VI Ejército alemán quedó cercado. La batalla de Stalingrado supuso un cambio decisivo en la guerra. A partir de esta primera derrota alemana, las tropas soviéticas inician un contraataque que poco a poco les llevará hacia el corazón de Alemania.
En enero de 1942, la jerarquía nazi reunida en la Conferencia de Wannsee decidió la "solución final" al problema judío. Campos de concentración como Dachau o Mauthausen y campos de exterminio como Auschwithz-Birkenau o Treblinka pasarán a formar una parte esencial de la historia de la infamia.

La guerra del Pacífico
Era inevitable que el expansionismo japonés en Asia oriental y el Pacífico terminara chocando con Estados Unidos. La expansión imperial nipona iniciada en China iba claramente dirigida contra las posesiones europeas en Asia y las Islas Filipinas en manos de los norteamericanos. Por otro lado, Roosevelt había ido evolucionando desde una postura aislacionista a una creciente implicación en el conflicto. La Ley de Préstamo y Arriendo en marzo o la firma junto a Churchill de la Carta del Atlántico en agosto de 1941 mostraban claramente esta creciente intervención estadounidense.
En ese contexto, el ataque nipón a la base norteamericana de Pearl Harbor en las islas Hawaii el 7 de diciembre de 1941 supuso la entrada de ambas potencias en el conflicto.
La guerra en Asia y el Pacífico se inicio con continuas victorias japonesas. Las posesiones francesas de Indochina, la Indonesia holandesa, las posesiones británicas en Malasia, Birmania, Hong Kong, Singapore... También el general norteamericano MacArthur se vio forzada a evacuar las islas Filipinas. El gobierno de Tokyo dominaba también gran parte de China donde se enfrentaba a las tropas del líder nacionalista chino Chiang Kai Chek.
Sin embargo, el despliegue de la maquinaria industrial y bélica norteamericana no tardó mucho tiempo en desequilibrar el conflicto en favor de los Aliados. La batalla de Midway en junio de 1942 mostró por primera vez como se podía batir al ejército japonés. En adelante, pese a alguna derrota puntual, Japón se bate en retirada y los norteamericanos van dominando el Pacífico isla a isla en medio de una guerra cruel.
La guerra en el norte de África
La guerra en el Sahara se caracterizó por amplios movimientos de ataque y contraataque. A avances alemanes e italianos se sucedían contraataques británicos. El momento decisivo llegó en el otoño de 1942, en octubre el general británico Montgomery inicia el ataque sobre las posiciones alemanas en El Alamein, tras varios días de duros combates, las tropas de Rommel retroceden. En adelante, el "Afrika Korps" irá de derrota en derrota. Pocos días después de la batalla de El Alamein, el 8 de noviembre de 1942, tropas norteamericanas y británicas desembarcan en Marruecos y Argelia. Franco, temeroso de una posible intervención, recibió garantías de no ser atacado si mantenía su neutralidad.
La réplica alemana fue inmediata: la invasión de la Francia de Vichy, para Alemania ya al perderse las posesiones norteafricanas el régimen de Pétain ya no tenía razón de existir. No obstante, el estado dirigido de Pétain continuó existiendo, como un simple colaborador de las tropas nazis.
Pocos meses después, en mayo de 1943, el Eje fue expulsado del norte de África.
El viraje en favor de los Aliados
El año 1941 marcó un momento clave en el devenir de la guerra. La entrada en el conflicto de Japón junto al Eje y de Estados Unidos y la Unión Soviética junto a los Aliados cambió definitivamente el curso del conflicto. La resistencia soviética y la maquinaria industrial y militar norteamericana hicieron que la balanza de la guerra se inclinara a favor de los Aliados.
No obstante, durante el año 1941 y gran parte de 1942 el Eje siguió teniendo la iniciativa. Tres batallas marcaron el cambio de signo de la guerra: Stalingrado en el frente oriental, Midway en el Pacífico y El Alamein en el norte de África. La guerra se encaminaba hacia la derrota de las potencias fascistas y autoritarias que formaban el Eje.





3.- La victoria de los Aliados 1943-1945

La invasión aliada de Italia El avance soviético en el este El desembarco de Normandía La batalla de Alemania Japón y el fin de la guerra

La invasión aliada de Italia
La expulsión del Eje del norte de África planteó inmediatamente la posibilidad de la apertura de un nuevo frente en Europa. Un frente por el que Stalin venía clamando para aligerar la presión que sufría el ejército soviético en el frente oriental.
En julio de 1943 tropas angloamericanas desembarcan en Sicilia. La proximidad de la amenaza aliada, unida a los continuos fracasos de los ejércitos italianos propiciaron que parte de la cúpula del estado decidiera deshacerse de Mussolini.
Tras la entrevista que Hitler y Mussolini celebraron el 19 de julio en la que el Führer le aconsejo al Duce renunciar al sur de Italia y replegarse al cento y sur de la península, el 25 de julio el Gran Consejo Fascista votó contra el Duce quien se vio obligado a renunciar a sus poderes. Al día siguiente, el rey Victor Manuel III ordenó el arresto de Mussolini y encargó formar gobierno al general Pietro Badoglio, quien, pese a proclamar su fidelidad a la alianza con Alemania, inició inmediatamente negociaciones con los Aliados.
A principios de septiembre los acontecimientos se precipitaron. Los Aliados desembarcaron en el sur de la península y el gobierno de Badoglio firmó el armisticio el 8 de septiembre. La reacción alemana fue fulminante: tropas del Reich ocuparon el norte y el centro del país, estableciendo una línea de defensa al norte de Nápoles. El 12 de septiembre, Mussolini fue liberado y estableció en la zona ocupada por los nazis la denominada República Social Italiana, gobierno fascista que siguió las directrices de Berlín.
Italia quedaba así dividida en dos: al sur, las tropas aliadas que con muchas dificultades iniciaron la conquista del país; en el norte y el centro, las tropas alemanas con la colaboración de fascistas italianos que tenían que hacer frente a una creciente resistencia interior comandada por los comunistas.
Superando una resistencia muy dura que tuvo momentos de enorme intensidad como en la batalla de Monte Cassino, los ejércitos angloamericanos liberaron Roma el 4 de junio de 1944. Sin embargo, la última línea de defensa en los Apeninos, la "Línea Gótica", resistió hasta abril de 1945, poco antes de la derrota definitiva del Eje en Europa.
El 28 de abril de 1945, Mussolini, que trataba de huir hacia Alemania, fue capturado por guerrilleros antifascistas y fusilado.
El avance soviético en el frente oriental
El contraataque ruso iniciado tras Stalingrado tuvo que hacer frente en julio de 1943 a la último ofensiva alemana. La batalla de Kursk hizo que la iniciativa estratégica pasara definitivamente a manos de las tropas soviéticas.
El año 1944 estuvo jalonado de continuos éxitos del Ejército Rojo que llegó a las antiguas fronteras de la URSS en la primavera de ese año.
A lo largo del otoño-invierno de 1944, los antiguos aliados del Eje: Finlandia, Rumanía, Bulgaria, Hungría son ocupados por las tropas soviéticas. En Yugoslavia y Albania, los guerrilleros comunistas dirigidos por Tito y Enver Hoxha, respectivamente, liberan sus países de la ocupación germano-italiana y establecen sistemas pro-soviéticos.
En Grecia, la retirada alemana en agosto de 1944 abre un período de guerra civil entre guerrilleros comunistas y tropas monárquicas apoyadas por la intervención militar británica. Grecia era un buen ejemplo del enfrentamiento entre los Aliados que vendría tras la derrota del Eje.

El desembarco de Normandía y el frente occidental
A lo largo de 1943 representantes de lo que se vino en denominar "La Gran Alianza": Estados Unidos, la Unión Soviética y Gran Bretaña se encontraron en diversas conferencias que fueron conformando la acción y la estrategia de los Aliados. Estas conferencias los comentaremos pormenorizadamente más adelante.
Fruto de estas conversaciones fue el desembarco aliado en Normandía, largamente demandado por la Unión Soviética.
El día 6 de junio tropas estadounideneses, británicas y canadienses desembarcaron en las playas de Normandía y superaron la férrea resistencia alemana. Rápidamente las tropas aliadas, bajo la dirección del general norteamericano Eisenhower, se dirigieron a París que fue liberado el 25 de agosto. Diez días antes, tropas angloamericanas y francesas habían desembarcado en Marsella. Los alemanes trataron de frenar el empuje aliado en las Ardenas, en Bélgica, pero finalmente tuvieron que retroceder. Atacada por el occidente, el sur y el este, el régimen de Hitler se aprestaba a librar su última batalla.
La batalla de Alemania
En febrero de 1945, Roosevelt, Stalin y Churchill se reunieron en Yalta, donde, entre otras cuestiones, decidieron los pormenores del ataque final sobre Alemania y su posterior reparto en zonas de ocupación.
El ataque anglonorteamericano por el oeste y soviético por el este derrumbó con facilidad la fanatizada resistencia alemana. El 25 de abril tropas soviéticas y norteamericanas se encontraban en Torgau, en el río Elba.
El 30 de abril, con las tropas soviéticas en los barrios de Berlín, Hitler se suicida junto a su amante Eva Braun y Goebbels. El 2 de mayo Berlín capitula. El 7 de mayo los alemanes firman la capitulación incondicional en el cuartel general de Eisenhower, al día siguiente, la firma se produce en el cuartel general de Zhukov.
En julio, los Aliados celebraban su última gran conferencia en Potsdam, a las afueras de Berlín.
El frente del Pacífico y el fin de la guerra
En una durísima y cruenta guerra los norteamericanos fueron avanzando isla a isla en su camino hacia el archipiélago japonés.
La conquista de Filipinas por los ejércitos de Estados Unidos en febrero de 1945 o la reconquista de Birmania por los británicos fueron momentos clave de ese avance. El 19 de febrero de 1945 los norteamericanos ocupan por primera vez territorio japonés, la pequeña isla de Iwojima.
Mientras tanto se suceden los ataques aéreos sobre las ciudades y los centros industriales de Japón. Tras la derrota alemana, en mayo de 1945, los norteamericanos se deciden a usar un arma terrible en la que han estado investigando secretamente.
El 6 de agosto de 1945, el avión "Enola Gay" lanza una bomba atómica sobre la ciudad de Hiroshima. El resultado es atroz: 100.000 muertos y miles de heridos por el efecto de una única bomba.
El 8 de agosto, la URSS declara la guerra a Japón y ocupa Manchuria y parte de Corea. Al día siguiente, Estados Unidos lanza una segunda bomba atómica sobre la ciudad de Nagasaki.
El horror nuclear precipita la capitulación de Japón. Los representantes del emperador japonés, Hiro-Hito, firman ante MacArthur la rendición incondicional en el buque de guerra Missouri, fondeado en aguas de la bahía de Tokio.
La segunda guerra mundial había terminado.





4.- La evolución de las alianzas

a.-El bando del Eje b.- La "Gran Alianza" ( La alianza anglo-americana Los "Tres Grandes" )


En un conflicto armado la acción bélica deja a la diplomacia en un lugar aparentemente secundario. Sin embargo, a lo largo de la guerra los contendientes siguieron entretejiendo pactos con sus aliados que, en el caso de los vencedores, los Aliados, van a condicionar y determinar la organización del mundo tras la guerra.
El bando del Eje
El Pacto Tripartito constituyó el principal acuerdo diplomático entre las tres grandes potencias del Eje: Alemania, Italia y Japón.
Tras la victoria alemana sobre Francia y, sobre todo, tras el ataque alemán a la U.R.S.S., diversos países europeos giran en mayor o menor medida hacia el bando del Eje.
En el occidente, la Francia de Vichy, pese a algunas dudas iniciales, se convirtió en un régimen colaborador de la Alemania Nazi.
La España de Franco pasó por diversas fases en sus relaciones con Hitler y Mussolini y a punto estuvo de unirse a la guerra junto al Eje. Finalmente, tras la entrevista que mantuvieron el Führer y el Caudillo en Hendaya esa posibilidad no se materializó, lo que no impidió que, tras el ataque alemán a la U.R.S.S., Franco enviara un cuerpo de voluntarios, la División Azul, a luchar contra la Unión Soviética junto a las tropas del Eje.
Las victorias de Alemania precipitaron diversos cambios territoriales en la Europa oriental. La presión de Hungría y Bulgaria sobre Rumania llevó al denominado "arbitraje de Viena" en agosto de 1940 en el que el gobierno de Bucarest se vio forzado a ceder dos tercios de Transilvania a Hungría y la región de Dobrudja a Bulgaria.
La extensión de la guerra hacia los Balcanes precipitó la adhesión al Pacto Tripartito de Hungría, Rumania y Eslovaquia en noviembre de 1940 y en marzo de 1941 de Bulgaria. Voluntariamente, como fue en gran medida el caso de la Hungría de Horthy y la Eslovaquia de Tiso, o por la fuerza como fue el caso de la invadida y desmembrada Yugoslavia, la región de los Balcanes se convirtió en la única zona donde el Eje halló aliados durante la segunda guerra mundial. De la fragmentada Yugoslavia nació la dictadura pro-nazi de Ante Pavelic en Croacia, uno de los regímenes más criminales de la región.
La llegada de las tropas soviéticas a los Balcanes sus avances hacia Alemania precipitaron rápidamente la derrota de estos satélites de Alemania. En septiembre, Rumania y Finlandia, que pese a no firmar ningún acuerdo formal con Alemania colaboró en su lucha contra la URSS durante la guerra, firmaron el armisticio, Bulgaria lo hizo en octubre y, finalmente, tras un largo asedio de las tropas del Ejército Rojo a Budapest, Hungría hizo lo propio el 20 de enero de 1945.
El 18 de octubre de 1944 las tropas guerrilleras de Tito entraban en Belgrado con la ayuda de tropas soviéticas. Yugoslavia volvía a reconstituirse tras la expulsión de las potencias del Eje.
El gobierno imperial japonés proclamó en agosto de 1940 un objetivo: la creación de lo que de forma rimbombante definieron como "esfera de coprosperidad de Asia Oriental". Se trataba de crear una asociación de estados de Asia y del Pacífico bajo la hegemonía japonesa. Ese proyecto expansionista jugó la baza del anticolonialismo y bajo el eslogan de "Asia para los asiáticos" trató de conseguir el apoyo de las poblaciones sometidos al colonialismo europeo. La respuesta fue, sin embargo, bastante débil ya que a menudo la opresión japonesa fue aún más brutal que la de franceses, británicos u holandeses. El único país que apoyó a Japón fue Tailandia (la antigua Siam) donde un gobierno dictatorial firmó un tratado de no agresión con Japón en junio de 1940 del que se aprovechó para obtener algunas ventajas territoriales en sus zonas fronterizas. Sin embargo, posteriormente tropas japoneses penetraron por la fuerza en el país forzando la firma de un Tratado de Alianza con Japón, con la subsiguiente declaración de guerra contra Gran Bretaña y Estados Unidos.
El resto de los territorios asiáticos y del Pacífico que en algún momento de la guerra colaboraron con el gobierno de Tokio estuvieron siempre bajo el dominio y control militar nipón. Japón no fue capaz de construir alianzas en su lucha contra los Aliados.

La "Gran Alianza"
La alianza anglo-norteamericana
Las agresiones de las potencias del Eje terminaron por configurar lo que se vino a denominar la "Gran Alianza" entre el Reino Unido, la Unión Soviética y Estados Unidos. Esta alianza se personificó durante gran parte de la guerra en tres figuras: el primer ministro británico Winston Churchill, el dictador soviético Stalin y el presidente norteamericano Franklin D. Roosevelt.
Esta alianza entre países que representaban sistemas político-económicos diferentes y enfrentados fue determinada por los avatares del conflicto. Stalin, quién no había dudado en firmar un pacto de no agresión con la Alemania nazi en agosto de 1939, intentó desde un principio aprovecharse de ese pacto para obtener ganancias territoriales: en el verano de 1940 anexionó a la U.R.S.S. las repúblicas bálticas, Estonia, Letonia y Lituania, y las regiones de Besarabia y Bukovina del norte pertenecientes a Rumania. La población de la U.R.S.S. aumentó en menos de un año en 23 millones de habitantes.
Durante un año, el que medió entre la derrota de Francia y la invasión germana de la Unión Soviética, el Reino Unido fue la única potencia que plantó cara al expansionismo hitleriano.
Churchill fue muy consciente desde un principio de la necesidad de la ayuda de Estados Unidos para hacer frente a la amenaza alemana. Recién nombrado primer ministro, envió un telegrama a Roosevelt solicitando "el préstamo de 40 o 50 de vuestros viejos destructores". A fines de julio de 1940, Roosevelt aceptó. La creciente amenaza japonesa en el Pacífico y la derrota de Francia habían impresionado fuertemente al presidente norteamericano. Como afirmó Churchill, con el préstamo de esos barcos de guerra, Estados Unidos pasaba de "la neutralidad a la no beligerancia".
En diciembre de 1940, Churchill nombró a su secretario del Foreign Office (ministro de asuntos exteriores), Lord Halifax, embajador en Washington. La prioridad que el gobierno de Londres daba a sus relaciones con Estados Unidos era evidente. Lord Halifax fue sustituido en el cargo por Anthony Eden.
El paso definitivo en esa dirección fue la ley de Préstamo y Arriendo aprobada por el Congreso norteamericano en marzo de 1941. Al poner al servicio de la causa antihitleriana su capacidad industrial, Estados Unidos se convertía en lo que se vino a denominar "el arsenal de la democracia".
La invasión alemana de la Unión Soviética cambió radicalmente la situación. Las potencias anglosajonas no dudaron en apoyar a Stalin frente a Hitler. El día 22 de junio, un día después del inicio de la Operación Barbarroja, Churchill proclamó su intención de ayudar en todo lo posible a los soviéticos. El 16 de agosto siguiente, los embajadores británico y norteamericano en Moscú ofrecieron oficialmente su ayuda al gobierno soviético. A fines de septiembre, una conferencia en Moscú con enviados de los gobiernos de Washington y Londres concretó la ayuda y sus modalidades. Se empezaba a forjar la "Gran Alianza".
Pocos días antes tuvo lugar un encuentro clave del líder británico y el presidente norteamericano en aguas de Terranova . La aprobación en agosto de 1941 de la Carta del Atlántico dio un programa ideológico a las potencias democráticas que se enfrentaban al Eje. Era evidente que incluso antes del ataque de Pearl Harbor, los Estados Unidos se habían implicado en el conflicto abandonando cualquier actitud de neutralidad.
La entrada en guerra de Estados Unidos llevó a una nueva conferencia en Washington de Churchill y Roosevelt en diciembre de 1941, fruto de esa conferencia fue la Declaración de las Naciones Unidas aprobada el 1 de enero de 1942.

Los "Tres Grandes"
Los contactos que en diciembre había iniciado el ministro de asuntos exteriores británico Anthony Eden con las autoridades soviéticas mostraron desde un principio que Stalin no iba a renunciar tras una posible victoria a las anexiones producidas en virtud del pacto de no agresión germano-soviético y que, incluso, pensaba en nuevas anexiones en Finlandia y Rumania. Los principios de la Carta del Atlántico no tenían que ver con los planteamientos del dictador soviético. Sin embargo, Churchill, quién como representante del Imperio británico podía entender perfectamente la postura soviética, no dudó en buscar la alianza con Moscú. Así, el 26 de mayo de 1942, el ministro de asuntos exteriores soviético Molotov firmaba la alianza anglo-soviética.
Desde la Operación Barbarroja, una disputa va a enfrentar al gobierno soviético con las potencias anglosajonas. Stalin, no sin razón, demandaba la apertura de un "segundo frente" en Europa occidental que aliviara la presión que debía soportar la población y el ejército soviético. Los norteamericanos eran proclives a seguir las demandas de Moscú y lanzar un ataque directo sobre Francia, sin embargo, Churchill mantuvo una postura más prudente y demandaba un desembarco en el Norte de África que llevara a un ataque posterior a Italia.
En junio de 1942, el primer ministro británico viajó a Washington y consiguió convencer a la administración norteamericana, decidiéndose el desembarco en el Norte de África, la denominada "Operación Antorcha". Stalin, tras recibir la visita de Churchill a Moscú en septiembre, tuvo que aceptar a regañadientes las dilaciones a su demanda de un "segundo frente" en Europa. La tensión entre los aliados sobre esta cuestión duró hasta el desembarco de Normandía en junio de 1944.
Tras el éxito de la invasión del África del Norte, Churchill y Roosevelt celebraron una conferencia en Casablanca (Marruecos) en enero de 1943. Aquí se acordó el desembarco en Sicilia y se adoptó la idea de Roosevelt de exigir la "rendición incondicional" de Alemania, Italia y Japón.
Los dos líderes anglosajones se volvieron a reunir en Washington el mayo de 1943, la conocida como Conferencia "Trident", y en Quebec (Canadá) en agosto, Conferencia "Quadrant". En la primera reunión se adoptaron decisiones de tipo militar, esencialmente se fijó el desembarco en Francia para mayo de 1944. En la segunda conferencia un representante del gobierno de China se unió a los de los "Tres Grandes". Se aprobó una declaración de las Cuatro Potencias para el establecimiento de una organización internacional tras la guerra.
En octubre, por primera vez en la guerra, tuvo lugar en Moscú una Conferencia de ministros de asuntos exteriores de los "Tres Grandes". En esta Conferencia de Moscú la principal preocupación soviética fue garantizar que el desembarco en Francia anunciado para la primavera de 1944 no se retrasara, las seguridades dadas por Cordel Hull y Eden a Molotov permitieron que las tensiones entre los aliados disminuyeran.

Los tres países representados y China firmaron una declaración sobre una futura organización internacional que garantizara la seguridad colectiva tras la guerra. La URSS se comprometió a declarar la guerra a Japón tras la derrota germana. Se aprobaron también resoluciones sobre la democratización de Italia y sobre Austria, a la que declararon primera víctima del nazismo alemán, pese al hecho de que Hitler fuera austríaco de nacimiento y de que el nazismo contara con muchos simpatizantes en aquel país. Se comenzó, por último a debatir la futura ocupación y desmembramiento de Alemania.
En Moscú se acordó la celebración de una reunión en Teherán (Irán) cara a cara de los tres líderes de la "Gran Alianza". Camino de la capital iraní, Churchill y Roosevelt se reunieron con Chiang-Kai-Chek en la Conferencia del Cairo en noviembre de 1943. Allí se decidió que el objetivo de la guerra en Asia sería "castigar la agresión de Japón" que debería abandonar todas sus conquistas adquiridas desde 1914.
Finalmente, los "Tres Grandes" se reunieron por primera vez en la Conferencia de Teherán en noviembre de 1943. Este primer encuentro se desarrolló en un ambiente de extrema cordialidad que reforzó la alianza. La irritación de Stalin ante la tardanza anglosajona en la apertura del "segundo frente" en Europa occidental parecía calmada ante la firme promesa de Washington y Londres de lanzar en los próximos meses la invasión de Francia. Aunque no se tomaron grandes decisiones, Teherán posiblemente supuso el momento más dulce de las relaciones de los tres aliados.
En el camino de vuelta, Churchill y Roosevelt se volvieron a reunir en El Cairo en este caso con el presidente turco, Ismet Inonu, pero no consiguieron la entrada de Turquía en guerra. Roosevelt visitó seguidamente a Eisenhower y le anunció su nombramiento como comandante en jefe de la "Operación Overlord", la invasión de Francia.
El éxito del desembarco de Normandía en junio de 1944 y el consiguiente avance hacia París, liberado el 25 de agosto, el desembarco en el sur de Francia ese mismo mes y los avances en Italia (Liberación de Roma el 4 junio de 1944) no podían compararse con el espectacular avance de las tropas soviéticas en el este. Gran parte de los Balcanes y la Europa danubiana habían caído en manos de un Ejército Rojo que había llegado a la Prusia oriental.
Es en esos momentos, octubre de 1944, cuando Churchill viaja por su cuenta a Moscú y trata de llegar con Stalin a un acuerdo sobre el reparto de influencias en los Balcanes. Ambos líderes llegaron a un acuerdo verbal sobre la región: Grecia estaría en la órbita británica, mientras que Bulgaria y Rumania quedarían bajo la influencia soviética. En Hungría y Yugoslavia se acordó un reparto al 50% de la influencia. Este acuerdo, totalmente contradictorio con los altos ideales de la Carta del Atlántico, fue pronto desmentido por la realidad de las armas.
Los últimos meses de 1944 se caracterizaron por una creciente desconfianza entre los aliados. Incluso el nuevo secretario de estado Edward Stettinius, que había sustituido en el cargo a Cordel Hull, sostenía diferencias importantes con Churchill en como organizar políticamente los nuevos territorios que iban siendo liberados del dominio nazi en la Europa occidental.

Más grave aún era el desencuentro entre los aliados occidentales y la Unión Soviética. En enero de 1945, la URSS concede al Comité Nacional polaco, controlado por los comunistas, el estatuto de gobierno provisional de Polonia; en Rumania, las autoridades soviéticas imponen su criterio de forma arbitraria; en Hungría, ante las protestas reclamando igualdad en el control del territorio, Molotov afirma la libertad de acción de un Ejército Rojo que controlaba de hecho el país...
Para apaciguar estas disensiones interaliadas se decidió convocar una nueva conferencia de los Tres Grandes que tendría lugar en la URSS. Del 4 al 11 de febrero de 1945 tuvo lugar la Conferencia de Yalta. Sin lugar dudas, este encuentro es el mas célebre de todos los que celebraron los Aliados durante la guerra. En ella se abordaron temas como la organización de las Naciones Unidas, la ocupación y partición de Alemania, las nuevas fronteras polacas o la intervención de la URSS contra Japón.
Un Roosevelt ya muy enfermo, que fallecería el 12 de abril sin poder ver el fin de la guerra, extrajo conclusiones optimistas de Yalta sobre la posibilidad de un entendimiento duradero entre los soviéticos y las potencias anglosajonas. Muy pronto los acontecimientos desmintieron esta presunción.
En marzo de 1945 los soviéticos impusieron por la fuerza en Rumania un gobierno presidido por un comunista, un acto que iba en contra de los principios de la "Declaración de la Europa Liberada" aprobada en la Conferencia de Yalta. Lo que era aún más grave, Molotov se negó a integrar a representantes no controlados por los comunistas en el gobierno provisional polaco con sede en Lublin. Churchill y Roosevelt enviaron telegramas de protesta a Moscú, pidiendo a Stalin que no rompiera la unidad y concordia acordadas en Yalta.
El 7 y 8 de mayo, las tropas alemanas firmaron la rendición incondicional ante los Aliados.
Dos meses despúes, el 17 de julio de 1945, se celebró en las afueras de Berlín en la sede de los palacios de la monarquía prusiana, la Conferencia de Potsdam, la última reunión en la cumbre de los líderes de la "Gran Alianza". El ambiente se había deteriorado y los Aliados se cruzaron mutuamente acusaciones. Mientras los anglosajones acusaron a los soviéticos de implantar dictaduras en Bulgaria o Rumanía, los rusos denunciaron la ocupación británica en Grecia. No obstante, se hizo un importante esfuerzo de entendimiento y, teniendo en cuenta las circunstancias, tal como afirmó el nuevo secretario de estado norteamericano, James Byrnes, se pensó que la conferencia había sido un éxito y que en Potsdam se habían puesto las bases para restablecer la estabilidad europea. Los acuerdos alcanzados sobre la reorganización de Alemania y del mundo fueron pronto incumplidos. El éxito se tornó en fracaso.
Quedaba, sin embargo, concluir la guerra en el Extremo Oriente. La URSS, que había denunciado el acuerdo de neutralidad con Japón el 5 de abril de 1945, se aprestó, tal como se había comprometido en Yalta, a declarar la guerra a Japón. El 8 de agosto, dos días después de la bomba atómica de Hiroshima, los soviéticos entraban en guerra y ocupaban Manchuria, Corea y las islas Kuriles.
Tras sufrir un nuevo ataque atómico en Nagasaki, el día 9 de agosto, al día siguiente Japón comunicó su disposición a capitular. El 2 de septiembre, a bordo del buque Missouri fondeado en la bahía de Tokio, los delegados japoneses firmaron la rendición incondicional ante el general MacArthur, La segunda guerra mundial había terminado.






5.- El diseño del nuevo orden mundia
l El complejo proceso de paz Vencedores y vencidos Los tratados de paz Los cambios territoriales



El complejo proceso que llevó a los tratados de paz
La negativa experiencia de los tratados de paz firmados tras la primera guerra mundial y la evidencia de la victoria aliada al menos desde 1943 provocaron que los vencedores empezaran muy pronto a preocuparse por construir un marco jurídico en el que se diseñase el mundo de posguerra. Estos fueron los principales documentos y compromisos adoptados por los Aliados:
La Carta del Atlántico firmada el 14 de agosto de 1941 por Churchill y Roosevelt. Este documento fue incluido en la Declaración de las Naciones Unidas aprobada el 1 de enero de 1942.
Las decisiones tomadas por los Tres Grandes recogidas en las actas de las diversas conferencias que se celebraron a lo largo de la guerra: Moscú (octubre de 1943), El Cairo (noviembre de 1943), Teherán (diciembre de 1943), Yalta (febrero de 1945) , y, finalmente, Potsdam (julio-agosto de 1945).
La Carta de la Organización de las Naciones Unidas, cuyo primer borrador fue diseñado en la Conferencia de Dumbarton Oaks y finalmente aprobada en la Conferencia de San Francisco en junio de 1945.
Las Actas de Capitulación incondicional firmadas por Alemania el 7 y 8 de mayo de 1945 y por Japón el 2 de septiembre de ese mismo año.

Este conjunto de acuerdos crearon dos instituciones que debía ser las encargadas inmediatas de la construcción de la paz:
Lo que se vino a denominar el Directorio de los Tres Grandes. Nacido en la Conferencia de Moscú en octubre de 1943 en la que Estados Unidos, Gran Bretaña y la URSS se comprometieron por medio de sus ministros de asuntos exteriores a mantener la unidad de acción "para mantener la paz y la seguridad internacional" por medio del denominado Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores con sede en Londres. Este compromiso de actuar juntos se reafirmó en las conferencias de Yalta y Potsdam. En la primera de ellas se acordó que los "Ministros de Asuntos Exteriores se reunirán en el futuro tan a menudo como sea necesario y, en cualquier caso, cada tres o cuatro meses."
La Organización de las Naciones Unidas, nacida en Conferencia de San Francisco en junio de 1945.

Este fue el aparato jurídico elaborado por los vencedores para construir la paz. Sin embargo, todo lo que había sido minuciosamente preparado por las diplomacias de los Aliados se derrumbó estrepitosamente al romperse la unidad de los vencedores tras el fin del conflicto y desencadenarse el conflicto de intereses. Finalmente la organización de la paz se convirtió en un proceso anárquico marcado por el inicio de la guerra fría.

Vencedores y vencidos, ocupantes y ocupados
El complejo desarrollo de la segunda guerra mundial hace que debamos detenernos en detallar algo que en principio debía de ser obvio: quiénes fueron los vencidos y quiénes los vencedores.
En Europa los vencidos fueron Alemania, Italia, Finlandia, Rumania, Hungría y Bulgaria. Alemania fue ocupada por las tres potencias vencedoras, Gran Bretaña, EE.UU. y la URSS, a las que se unió Francia; Rumania, Hungría y Bulgaria fueron ocupadas por la URSS e Italia por EE.UU. y el Reino Unido. Finlandia tras firmar el armisticio con la URSS en 1944 no fue ocupada militarmente.
En Asia los vencidos fueron Japón y Tailandia (Siam). Japón fue ocupado por los norteamericanos, Tailandia por los británicos y Corea, antiguo territorio dominado por Japón, fue dividida en dos zonas de ocupación: los soviéticos al norte y los estadounidenses al sur.
Respecto a las antiguas colonias europeas en Asia liberadas del dominio japonés se dieron múltiples situaciones: la URSS ocupó Manchuria, además del norte de Corea, e la antigua Indochina francesa quedó ocupada la norte del paralelo 16º por China y al sur por los británicos. La guerra civil china y el ulterior triunfo comunista en 1948 vino a complicar aún más la situación. De cualquier manera, los antiguos colonialistas franceses y holandeses tuvieron grandes dificultades para recuperar el control de sus antiguos territorios de Indochina e Indonesia respectivamente.
Un caso particular fue el de Austria. En Potsdam, se acordó que, pese a ser reconocida como víctima del nazismo y reconocida su independencia, el país debía ser ocupado por los aliados bajo una Comisión aliada. Pese a las elecciones que tuvieron lugar en noviembre de 1945, el país continuó dividido en zonas de ocupación y la Comisión aliada siguió al cargo de diversos funciones, esencialmente la de la desnazificación, hasta la firma definitiva de un tratado.
Los Tratados de Paz
En aplicación de los acuerdos alcanzados en Potsdam, los cinco ministros de asuntos exteriores de Gran Bretaña, EE.UU., la URSS, Francia y China se constituyeron en Consejo Permanente y se reunieron en Londres en septiembre de 1945 a fin de redactar los tratados de paz con los vencidos. La reunión fue fracaso lo que llevó a una reunión en diciembre en Moscú de los ministros de EE.UU, Byrnes, URSS, Molotov, y Gran Bretaña, Bevin. Allí se acordaron los procedimientos para redactar los tratados de paz.
En 1946 se reunió en París una conferencia de los ministros de asuntos exteriores de Gran Bretaña, URSS, EE.UU. y Francia y posteriormente de julio a octubre de ese mismo año se encontraron en lo que se denominó Conferencia de Paz los representantes de los veintiún estados miembros de las Naciones Unidas que habían luchado realmente en la guerra contra el Eje: Gran Bretaña, URSS, EE.UU., Francia, China, Bélgica, Grecia, Noruega, Países Bajos, Polonia, Checoslovaquia, Polonia, Yugoslavia, Australia, Canadá, India, Nueva Zelanda, Unión Sudafricana, Brasil, Chile, Etiopía y la Rusia Blanca y Ucrania, repúblicas soviéticas que se vieron reconocidas individualmente.
El proceso culminó en Europa con la firma de los Tratados de París el 10 de febrero de 1947 entre los vencedores y los países satélites de la Alemania nazi (Italia, Rumania, Hungría, Bulgaria y Finlandia).
En el caso de la firma del tratado de paz con Japón, la revolución china y el triunfo de Mao Zedong complicaron el proceso que finalmente culminó con la firma del Tratado de San Francisco en 1951 con Japón. Este tratado fue firmado por cuarenta y nueve países, entre los que no se hallaban presente la URSS, India y China y redujo a Japón a sus fronteras de 1854. La denominada declaración de Moscú de 1956 firmada por los primeros ministros Hatoyama y Bulganin puso fin al estado de sitio entre la URSS y Japón.
En 1955 se firmó el Tratado de Viena que acabó con la ocupación de Austria, país que recuperó su independencia por primera vez desde el Anschluss de 1938.
Tras la capitulación sin condiciones del 7 y 8 de mayo y la ocupación de su territorio Alemania sufrió duramente las consecuencias de la guerra de destrucción iniciada por Hitler: fuertes pérdidas territoriales, pago de indemnizaciones... Sin embargo, como veremos más adelante, el estallido de la guerra fría llevó a unos resultados no previstos por los Aliados vencedores. La partición del país en dos estados, la RFA y la RDA, enfrentados y alineados con las dos superpotencias enfrentadas tras la segunda guerra mundial impidió la firma de un tratado de paz entre los vencedores y Alemania. Habrá que esperar a la firma ¡el 12 de septiembre de 1990! del llamado Tratado 4+2 entre las cuatro potencias vencedoras (URSS, EE.UU., Gran Bretaña y Francia) y la República Federal y la República Democrática de Alemania. El tratado que otorgó la plena independencia a una Alemania reunificado fue firmado 45 años después de la derrota.

Los cambios territoriales
El principio general que rigió todos los acuerdos y tratados fue el retorno a las fronteras europeas de 1937 con tres excepciones principales: la reducción del territorio de Alemania, el engrandecimiento del territorio soviético y el "desplazamiento" del territorio polaco en torno a 225 kilómetros hacia el oeste. Estas tres excepciones estaban evidentemente relacionadas.
Estos fueron los principales cambios territoriales en Europa:
La Unión Soviética obtuvo:
De Finlandia: gran parte de Carelia con la ciudad de Vyborg y el puerto de Petsamo en el norte lo que hizo que tuviera frontera con Noruega.
Los tres estados bálticos, Estonia, Letonia y Lituania, que habían sido independientes de 1918 a 1940.
De Alemania: la parte norte de la Prusia Oriental con la ciudad de Könisgsberg (actual Kaliningrado).
De Polonia: las regiones al este de la línea Curzon
De Checoslovaquia: la Rutenia subcarpática
De Rumania: la Besarabia (denominada Moldavia en adelante) y la Bukovina del Norte.
Polonia en contraprestación de sus pérdidas orientales obtuvo:
La parte sur de Prusia Oriental y las regiones de Pomerania y Silesia hasta la línea Oder-Neisse. Aunque Polonia perdió algo de territorio consiguió adquirir zonas más ricas y una gran salida al Báltico con los antiguos puertos alemanes de Danzig (rebautizado Gdansk) y Stettin (Szczecin)
Alemania perdió de nuevo Alsacia-Lorena en el occidente, reanexionadas por Hitler en 1940, y, sobre todo, importantes territorios en el oriente en beneficio de Polonia. Quedó reducida a 356.272 kilómetros cuadrados, en contraste con los 472.034 de 1919 y 540.521 de 1914.
Italia, aunque limitó sus pérdidas al firmar el armisticio con los Aliados en 1943, cedió algunos pequeños territorios:
La península de Istria con Fiume (Rijeka) pasó a Yugoslavia, aunque consiguió mantener Trieste.
La isla de Rodas y el archipiélago del Dodecaneso fueron entregados a Grecia.
Albania recuperó su independencia e Italia perdió sus colonias (Etiopía, Somalia, Eritrea y Libia)
Aunque los cambios territoriales fueron menores que tras la primera guerra mundial, fueron acompañados de enormes desplazamientos de población que añadieron más dolor a un continente devastado por la guerra:
Entre 11 y 12 millones de alemanes fueron expulsados de las zonas anexionadas por la URSS y Polonia, así como de los Sudetes en Checoslovaquia y de las comunidades germanas de los Balcanes.
2 millones de polacos fueron las zonas orientales cedidas a la URSS fueron realojados en la "nueva Polonia occidental".
Entre 400.000 y 500.000 finlandeses fueron expulsados de los territorios anexionados por la URSS.
Una parte de la población húngara de Eslovaquia fue expulsada.
Los cambios en el Extremo Oriente se concretaron en la desaparición del Imperio Japonés:
La URSS se anexionó la isla de Sajalín y las islas Kuriles.
Japón debió abandonar sus conquistas en China, Corea y la isla de Formosa (Taiwan). Además 7 millones de japoneses dispersos por el antiguo Imperio debieron retornar al archipiélago nipón.



6.- La O.N.U.
El origen de la O.N.U. La Carta de las Naciones Unidas

El origen de la O.N.U.
La idea de restablecer un sistema de seguridad colectiva más eficaz que el de la fracasada Sociedad de Naciones nació durante la guerra. En concreto, la Carta del Atlántico, aprobada durante el encuentro que mantuvieron Churchill y Roosevelt en agosto de 1941, preveía "la institución de un sistema de seguridad general establecido sobre bases más amplias".
¿Por qué no limitarse simplemente a mantener la Sociedad de Naciones? Las razones fueron varias: el fracaso de la institución con sede en Ginebra había sido tan patente que su mera reconstitución tuviera un efecto desastroso en el terreno de la confianza internacional, por otro lado, la URSS, que había sido expulsada en 1939 tras su agresión a Finlandia, se oponía enérgicamente a su reconstrucción. Era evidente que se hacía necesario crear una institución completamente nueva.
Los pasos posteriores se dieron en la Declaración de las Naciones Unidas aprobada en Washington el 1 de enero de 1942, en la que los participantes, siguiendo un proyecto elaborado por la Secretaría de Estado norteamericana, se comprometían a elaborar un sistema de paz y de seguridad para la posguerra, en el viaje de Cordell Hull a Moscú en 1943 en el que obtuvo el apoyo soviético a esa idea y en la Conferencia de Teherán, donde se reafirmó la idea crear una organización internacional.
En la Conferencia de Dumbarton Oaks en otoño de 1944, representantes de EE.UU., la URSS, Gran Bretaña y China aprobaron un borrador de proyecto para esta nueva institución internacional. Las grandes naciones, las que "habían vertido su sangre en beneficio del resto del mundo" según se afirmó en sus resoluciones, se reservaban el derecho de poner las bases de la nueva organización. En Dumbarton Oaks se acordó que los cuatro participantes en la Conferencia más Francia serían los miembros permanentes del futuro Consejo de Seguridad.
En la Conferencia de Yalta se solventaron algunos de los puntos de fricción entre las potencias:
Se acordó que Ucrania y Bielorrusia, además de la URSS, fueran consideradas miembros de pleno derecho de la organización.
Se resolvió que los miembros permanentes del Consejo de Seguridad (EEUU, Reino Unido, la URSS, Francia y China) tuvieran siempre derecho de veto en todo tipo de resoluciones, exceptuando las de procedimiento.
Los "Tres Grandes" en Yalta acordaron que "una conferencia de las Naciones Unidas fuera convocado en San Francisco, en los Estados Unidos, el 25 de abril de 1945, para preparar la Carta de esta organización".

La Carta de las Naciones Unidas
La Conferencia de San Francisco (25 de abril-26 de junio de 1945) aprobó la Carta de la Organización de las Naciones Unidas, que fue firmada por cincuenta y un estados.
La Carta enunciaba los objetivos y principios en los que se basaba de la ONU.
Los propósitos eran cuatro:
mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales;
fomentar entre las naciones relaciones de amistad;
realizar la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de carácter económico, social, cultural y humanitario, y en el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales
servir de centro que armonice los esfuerzos de las naciones por alcanzar estos propósitos comunes.
Los Principios afirmaban lo siguiente:
la organización se basaba en la igualdad soberana de todos sus miembros
todos los estados miembros cumplirían las obligaciones contraídas de conformidad con la Carta
los miembros arreglarían sus controversias internacionales por medios pacíficos y sin poner en peligro la paz, la seguridad o la justicia
los estados miembros se abstendrían en sus relaciones internacionales de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra otros Estados
los miembros prestarían a las Naciones Unidas toda la clase de ayuda en cualquier acción que ejerzan de conformidad con la Carta, y no ayudarían a Estado ninguno contra el cual la Organización estuviere ejerciendo acción preventiva o coercitiva
ninguna disposición de la Carta autorizaría a la ONU a intervenir en los asuntos que son jurisdicción interna de los Estados
las Naciones Unidas harían que los Estados que no son miembros de la Organización, se conducirían de acuerdo con estos principios en la medida que fuera necesaria para mantener la paz y la seguridad internacionales.
La Carta recogía también la estructura interna de la ONU que se basaba en los siguientes órganos:
El Consejo de Seguridad es el órgano principal y de mayor poder decisorio de la ONU, y su papel fundamental se centra en solucionar todas las cuestiones relativas al mantenimiento de la paz y de la seguridad internacionales. Inicialmente estuvo integrado por once miembros, 5 permanentes y 6 no permanentes, pero a partir de 1966 se elevó a quince al incrementarse el número de estos últimos.
El Consejo de Seguridad adopta resoluciones obligatorias para los Estados miembros. En todos los asuntos importantes, no de procedimiento, sus resoluciones se aprueban con el voto afirmativo de siete miembros, comprendiendo los votos coincidentes de los permanentes. La Carta introducía, así, una importante innovación frente a la Sociedad de Naciones, al permitir que el Consejo de Seguridad adoptara decisiones obligatorias por mayoría cualificada, siempre y cuando, condición indispensable, los miembros permanentes estuvieran en esa mayoría. Era la regla de la unanimidad de las grandes potencias que se traducía, de hecho, en su derecho de veto y en el instrumento de su poder. Finalmente, el Consejo de Seguridad en sus labores para el mantenimiento de la paz tiene capacidad para organizar un ejército a partir de los efectivos proporcionados por los miembros de la organización, así como imponer sanciones económicas a Estados agresores o que violan las normas internacionales. Las fuerzas de Naciones Unidas, los conocidos como "cascos azules" han realizado numerosas intervenciones para frenar conflictos armados, especialmente en Palestina, Congo, Chipre, Líbano, Cachemira... Estos ejércitos son también empleados para proteger al personal de las agencias de la ONU en misiones de ayuda humanitaria.
La Asamblea General es el principal órgano de debate y está integrado por delegados de todos los Estados miembros, cada uno de ellos tiene derecho a voto. La Asamble tiene amplias competencias: elección de los miembros no permanentes del Consejo de Seguridad, admisión de nuevos miembros, nombramiento del secretario general a propuesta del Consejo de Seguridad... Sin embargo, las decisiones de la Asamblea General solo tienen el carácter de recomendaciones. Estas resoluciones deben ser adoptadas por el voto de la mayoría de los dos tercios de los miembros presentes y votantes.
La Secretaria, órgano administrativo de las Naciones Unidas, presta sus servicios a los otros órganos, administrando los programas y políticas por ellos elaborados. Al frente de la Secretaría, figura el secretario general que juega una labor de coordinación en toda la organización y puede llegar a tener un papel político importante. El noruego Trygve Lie fue el primero en acceder al puesto (1946-1953), sustituido por el sueco Dag Hammarskj5ld (1953-1961) quien tras morir en un accidente de avión en el Congo mientras encabezaba una intervención de Naciones Unidas fue reemplazado por el birmano U Thant (1961-1971). El austriaco Kurt Waldheim, convertido en secretario general entre 1971 y 1981, tuvo su continuador en el peruano Pérez de Cuéllar (1981-1991), a su vez sustituido por el egipcio Butros Gali (1991-1997). El actual secretario general es Kofi Anan, elegido en 1997 y reelegido en el 2001.
Otros órganos de la ONU con competencias definidas eran el Consejo Económico y Social (coordinador de toda la labor económica y social de la organización), el Consejo de Administración Fiduciaria (supervisa la administración de los territorios bajo la administración fiduciaria) y la Corte Internacional de Justicia con sede en La Haya (órgano judicial de la ONU a la que pueden recurrir todos los Estados miembros e incluso los que no lo son).
Por último, a las Naciones Unidas se añadirían los llamados organismos especializados por ella coordinados que abarcaban desde el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo (BIRD), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la FAO, organización dedicada a la alimentación y la agricultura.
A pesar de todas las expectativas e ilusiones creadas, la ruptura entre los Aliados con el estallido de la guerra fría paralizará el funcionamiento de la ONU, especialmente mediante el uso del derecho de veto de las grandes potencias enfrentadas.


http://www.historiasiglo20.org/IIGM/ONU.htm

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